Tema : Diálogo intercultural e integración
Justificación :
La historia del hombre ha sido, desde sus orígenes, una constante de migraciones, que han dado como fruto el desarrollo de las distintas culturas, a través de la mezcla y la interrelación de los pueblos.
Andalucía, a lo largo de su historia, se ha convertido en un espacio de encuentro y fusión de culturas, de mestizaje e interculturalidad. Su situación geográfica ha servido, y sirve en la actualidad, de puente entre dos continentes, constituyéndose como un espacio de frontera que ha facilitado contactos y diálogos entre Norte y Sur.
Por otra parte, y hasta hace muy poco tiempo, nuestra región ha sido el origen de constantes migraciones, tanto a zonas más industrializadas del Estado, como a otros países (principalmente, Francia, Suiza, Alemania y el continente americano). Valga señalar que entre los años 1961 y 1975, más de un millón de andaluces emigraron, con el objetivo de mejorar sus condiciones de vida, con la consiguiente pérdida tan importante de capital humano que sufrió la región. Así, a pesar de que muchos de ellos regresaron, todavía hoy son muchos los andaluces que viven y trabajan fuera de Andalucía, con el desarraigo que ello conlleva.
Pero, en cualquier caso, los cambios socioeconómicos a los que se enfrentan las sociedades actuales a nivel global, vienen produciendo una inversión en los flujos migratorios: nuestra tierra de emigrantes resulta ser ahora receptora de inmigrantes. Además, Andalucía es un lugar de paso para quienes pretenden alcanzar otra región o país más al norte, un espacio de acogida para muchas personas que encuentran aquí su trabajo, y un destino para otros que hallan en esta tierra un lugar agradable donde quedarse a vivir.
Consideramos que somos una sociedad madura y tolerante, que ha experimentado en las últimas décadas grandes avances en cuanto a niveles de bienestar, a los cuales han contribuido sin duda las migraciones, y por estos motivos la ciudadanía andaluza se haya en una posición favorable para profundizar sobre la diversidad cultural como medio de enriquecimiento mutuo y elemento integrador en la sociedad andaluza, teniendo como referencia la experiencia de nuestra ciudadanía y sus opiniones.
A continuación, hacemos una breve referencia sobre nuestros objetivos con la participación en este proyecto, los cuales pretendemos clarificar a través de la consulta y participación directa de diversos representantes de la sociedad civil andaluza, usando como metodología grupos de discusión, entrevistas, presentación de historias de vida, etc.
De esta forma, haremos hincapié en el papel de la Economía Social como una alternativa eficaz que favorece la integración en el sistema sociolaboral, a través de la cooperación, el diálogo y el esfuerzo de los trabajadores/as, así como de todos los agentes que la componen.
Otro aspecto que cabe analizar desde la sociedad civil es la actuación de las Administraciones públicas con respecto a la integración plena de la población inmigrante y demás colectivos étnicos en los distintos ámbitos (social, cultural, económico, laboral, etc.), con el fin de alcanzar una verdadera igualdad de condiciones. Entre estas actuaciones, de cara al presente y al futuro, deben de destacarse la labor de sensibilización de los ciudadanos (especialmente de los jóvenes, a través de la educación intercultural), el fomento de la capacidad emprendedora de la población inmigrante y otros grupos, y la convivencia y el conocimiento mutuo entre las culturas, para generar actitudes positivas ante el hecho migratorio y, finalmente, favorecer la normalización como elemento de integración.
Andalucía, a lo largo de su historia, se ha convertido en un espacio de encuentro y fusión de culturas, de mestizaje e interculturalidad. Su situación geográfica ha servido, y sirve en la actualidad, de puente entre dos continentes, constituyéndose como un espacio de frontera que ha facilitado contactos y diálogos entre Norte y Sur.
Por otra parte, y hasta hace muy poco tiempo, nuestra región ha sido el origen de constantes migraciones, tanto a zonas más industrializadas del Estado, como a otros países (principalmente, Francia, Suiza, Alemania y el continente americano). Valga señalar que entre los años 1961 y 1975, más de un millón de andaluces emigraron, con el objetivo de mejorar sus condiciones de vida, con la consiguiente pérdida tan importante de capital humano que sufrió la región. Así, a pesar de que muchos de ellos regresaron, todavía hoy son muchos los andaluces que viven y trabajan fuera de Andalucía, con el desarraigo que ello conlleva.
Pero, en cualquier caso, los cambios socioeconómicos a los que se enfrentan las sociedades actuales a nivel global, vienen produciendo una inversión en los flujos migratorios: nuestra tierra de emigrantes resulta ser ahora receptora de inmigrantes. Además, Andalucía es un lugar de paso para quienes pretenden alcanzar otra región o país más al norte, un espacio de acogida para muchas personas que encuentran aquí su trabajo, y un destino para otros que hallan en esta tierra un lugar agradable donde quedarse a vivir.
Consideramos que somos una sociedad madura y tolerante, que ha experimentado en las últimas décadas grandes avances en cuanto a niveles de bienestar, a los cuales han contribuido sin duda las migraciones, y por estos motivos la ciudadanía andaluza se haya en una posición favorable para profundizar sobre la diversidad cultural como medio de enriquecimiento mutuo y elemento integrador en la sociedad andaluza, teniendo como referencia la experiencia de nuestra ciudadanía y sus opiniones.
A continuación, hacemos una breve referencia sobre nuestros objetivos con la participación en este proyecto, los cuales pretendemos clarificar a través de la consulta y participación directa de diversos representantes de la sociedad civil andaluza, usando como metodología grupos de discusión, entrevistas, presentación de historias de vida, etc.
De esta forma, haremos hincapié en el papel de la Economía Social como una alternativa eficaz que favorece la integración en el sistema sociolaboral, a través de la cooperación, el diálogo y el esfuerzo de los trabajadores/as, así como de todos los agentes que la componen.
Otro aspecto que cabe analizar desde la sociedad civil es la actuación de las Administraciones públicas con respecto a la integración plena de la población inmigrante y demás colectivos étnicos en los distintos ámbitos (social, cultural, económico, laboral, etc.), con el fin de alcanzar una verdadera igualdad de condiciones. Entre estas actuaciones, de cara al presente y al futuro, deben de destacarse la labor de sensibilización de los ciudadanos (especialmente de los jóvenes, a través de la educación intercultural), el fomento de la capacidad emprendedora de la población inmigrante y otros grupos, y la convivencia y el conocimiento mutuo entre las culturas, para generar actitudes positivas ante el hecho migratorio y, finalmente, favorecer la normalización como elemento de integración.
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